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El futbolista turco no es precisamente conocido por sus gestos de pura deportividad sobre el césped, si no más bien todo lo contrario. A lo largo de su carrera siempre ha sido considerado como un jugador contundente en su juego, que nunca se ha cortado a la hora de hacer ninguna acción, dejando incluso gestos tan recordados como el lanzamiento de una de sus botas a un juez de línea en un encuentro con el Atlético de Madrid frente al FC Barcelona.

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Tanto en el Galatasaray como en el Vestel Manisaspor, y los propios clubes madrileño y catalán han tenido que lidiar con las ocasionales salidas de tono tanto dentro como fuera del campo de Arda Turan. El otomano no solo ha sido problemático sobre el terreno de juego si no también fuera del césped, recordemos que actualmente Arda se encuentra inmerso en un proceso judicial tras agredir a un cantante en una discoteca de Estambul.

Sin embargo, ahora que los años pasan, y pesan, parece que el turco está comenzando a sentar la cabeza, cambiando los actos de juego sucio por imágenes de fair-play como la que dejó el pasado fin de semana en el duelo entre su actual club, el Estambul Başakşehir FK, y el Antalyaspor de la Superliga turca. El choque entre ambos equipos terminó empate a cero y el acto de juego limpio de Arda Turan se convirtió en el momento más visto del partido.

El jugador turco estaba a punto de recibir un pase cuando Nazim Sangare, del Antalyaspor, interfirió golpeando el balón y enviándolo a saque de banda, golpeando antes en Arda Turan. El colegiado señaló balón para el Başakşehir y Sangare protestó airadamente, lo que le costó una cartulina amarilla, mientras Arda indicaba que la posesión debía ser para su equipo rival. Ante la decisión arbitral, Turan decidió sacar el mismo desde la línea lateral y enviar la pelota fuera por la línea de fondo, que estaba próxima a su posición, devolviendo la posesión al Antalyaspor.

La acción se ha hecho viral y está dando la vuelta al mundo, limpiando parte de la imagen que todo el panorama futbolístico ha tenido siempre del exjugador del Atlético y Barça tras sus continuos gestos poco decorosos. Un bonito gesto que ni mucho menos hará cambiar la opinión de la mayoría sobre Arda Turan, pero que demuestra que con los años uno termina aprendiendo de sus errores.