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El defensa del Real Madrid no pudo disputar el partido ante el Valladolid al estar sancionado pero no quiso perderse la actuación de su equipo en el Nuevo José Zorrilla.


Sergio Ramos se puso ante el Valladolid el brazalete de capitán, aunque sea de forma simbólica. El defensa vio la quinta tarjeta amarilla en el Clásico ante el FC Barcelona y estaba sancionado para enfrentarse al conjunto vallisoletano pero eso no impidió que estuviese presente en el campo apoyando a sus compañeros en el tramo más difícil de la temporada para los blancos.

El capitán demostró por qué es el líder de este Real Madrid tanto dentro como fuera del terreno de juego y viajó hasta Valladolid por su cuenta en su coche particular. Ramos llegó a la ciudad antes de que el autobús del equipo partiera del hotel en dirección al estadio y así pudo estar con sus compañeros antes del partido. El defensa encabezó la expedición madridista al llegar al Nuevo José Zorrilla y una vez allí pudo ver la victoria de su equipo desde el palco.

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Esta decisión de Ramos de querer viajar estando sancionado es algo poco habitual, pero tras la eliminación en Champions ante el Ajax los ánimos en el Real Madrid están más revueltos que nunca, y el propio capitán reunió al resto de jugadores para pedirles unidad y compromiso de aquí a final de temporada.

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