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El mejor jugador del mundo está de vuelta en el seleccionado argentino con una única misión, volver a sonreír. Y para eso, necesita de un tridente que lo potencie.

La Argentina enfrentará a Venezuela en un amistoso mañana viernes en el Wandoa Metropolitano, estadio del Atlético de Madrid. La última participación de la “pulga” con el combinado albiceleste se remonta a los octavos de final frente a Francia en el Mundial de Rusia 2018, que significó una de sus mayores desilusiones en su carrera deportiva. Pero eso es pasado y el mejor antídoto es su perseverancia que lo hará triunfar, tarde o temprano con su querido país. No me preguntes cuántas veces me caí, sino cuántas veces me levanté. Y el crack del Barcelona tiene todas las fichas puestas en conseguir su primer trofeo mayor con la selección, la Copa América de mediados de año a disputarse en Brasil.

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Para eso, es menester que el técnico Lionel Scaloni, ex Deportivo La Coruña, empiece a definir la identidad del equipo en estos partidos de preparación y encuentre la mejor asociación para el alumno estrella. Dicho esto, la dupla de atacantes que leerá el lector a continuación son los que tendrían que acompañar a Messi en el ataque en su primer partido post-mundial: Paulo Dybala y Lautaro Martínez. Vamos a obviar recitar nuevamente las características innatas de Lionel y centrarnos en sus socios.

Ambos son jóvenes y talentosos. Son el futuro de un equipo argentino en construcción permanente que buscará una vez más encontrarse con su legado y la historia que le deparó la camiseta celeste y blanca.

El delantero de la Juventus hace tiempo que merece una oportunidad clara y no esporádica sobre el terreno de juego para poder demostrar con creces que es "la pared" que necesita Messi para no caer en esas mesetas con las que nos suele acostumbrar. Tiene aptitudes y cualidades técnicas que no tiene ningún zurdo que represente a la Argentina (sacando Di María). 

Puede jugar tanto por la izquierda como por la derecha, situarse más retrasado, llevarse marcas para abrirle los espacios al rosarino, pero por sobre todas sus condiciones, enaltezco un remate seco y preciso que puede modificar el curso de un partido cerrado.

En el caso del delantero del Inter, su juventud precoz lo pone un escalón arriba de su competencia. Lleva en sus espaldas el número que alguna vez el “fenómeno” Ronaldo eclipsó a los nerroazurris y la porta con autoridad habiendo cumplido apenas la mayoría de edad. Maneja las dos piernas, va bien de cabeza, tiene porte, es fuerte pero no tosco, sabe pivotear en el aérea chica y tiene mentalidad ganadora. Mucho curriculum para un chico de apenas 21 años.

"Nosotros nos tenemos que adaptar a Leo y marcarle movimientos. Es importante que lo trabajemos.Hablé con él y está muy contento. Para nosotros es muy importante que esté, es el mejor jugador del mundo", señaló Lautaro Martínez, abriéndole las puertas a Messi para que se sienta con libertad.

Un tridente es como un trípode que resulta ser un aparato de tres patas que permite estabilizar un objeto. La palabra se deriva de tripous, palabra griega que significa tres pies. La principal ventaja del uso de tres patas es que, independientemente de su construcción y la superficie de apoyo, todas sus patas apoyan siempre. Y esto es lo que exactamente necesita Lionel Messi  en la Argentina: estabilidad. Para tal, es imperioso que los otros “pies” que lo acompañen lo arropen. Un tridente funciona como un engranaje de piezas. Y tales deben ser de la misma calidad (como los tres futbolistas en cuestión) para que el objeto, en este caso la pelota, circule con dinamismo y armonía para que llegue al fondo de la red con naturalidad.

Es redundante decir que si la “pulga” es feliz, el fútbol también lo es. Y que más hermoso que sea nuestro, argentino. Lo disfrutemos porque cuando nos queramos acordar, la redonda no va a ser igual.