Jesús Navas merece su lugar fijo en la selección española
Casi cinco años sin vestir la camiseta de la selección española y en dos partidos se ha encargado de hacerse merecedor de un hueco fijo en los esquemas de Luis Enrique. Para que luego digan que la edad es un impedimento, si hay calidad y físico, la edad (33) son solo dígitos y de eso está dando buena muestra Jesús Navas.
JOSE JORDAN/GettyImages
El sevillano se ha empeñado en desmontar el tópico de que segundas partes nunca fueron buenas. Existe, es verdad, no siempre repetir es bueno, especialmente en el fútbol, pero no es el caso del ahora carrilero. Llegó a Sevilla hace dos veranos, más como vieja leyenda que vuelve a casa gratis que como jugador imprescindible, pero ello no ha sido óbice para, no solo hacerse un hueco como titular, sino para ser pieza clave indispensable. El año está siendo brillante y cuando uno reluce, lo lógico es que te llame la selección, como ha ocurrido.
Ha entrado como quién dice de rebote, mediante lesión de Carvajal y probaturas de Luis Enrique, pero eso da igual si lo único que puede sacar en claro el asturiano después de los dos partidos es que el carril derecho está bien cubierto con capitán del Sevilla. Ha vuelto asentado, maduro, con experiencia, pero con un físico privilegiado, cuidado al milímetro para disfrutar del fútbol. En los dos partidos ha incorporado a la selección algo de lo que siempre adolece: verticalidad y desborde; fue el puñal que necesitaba España en partidos como el de Rusia en el Mundial. Solo necesito 8 minutos para ponerle a Morata el segundo de la noche.
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No parece ni la sombra de ese jugador que le costaba salir fuera de Sevilla, al que la ansiedad le podía y le hizo retrasar su debut con la selección o salir del Sevilla. Del City no salió por la puerta grande - el club no le renovó - después de no contar en demasía para Pep en su último año, pero se llevó tres cosas que le hacen ser lo que es hoy: crecimiento personal, experiencia y descubrir una nueva posición. Tres aspectos que le hacen merecedor de un hueco con la selección que debería ser fijo.
