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El duelo de ayer entre el FC Barcelona y el Atlético de Madrid pasaba por ser el último tren de los colchoneros para seguir en la lucha por La Liga, pero desaprovecharon la oportunidad y los blaugranas prácticamente festejan ya un nuevo título. El encuentro era también una de las últimas ocasiones para que Antoine Griezmann se luciese para que en el Camp Nou se planteasen seriamente si volver a intentar su fichaje este verano, pero fracasó.

En la noche del sábado tan solo los culés y Leo Messi triunfaron pues el club sentenció el campeonato y el argentino volvió a demostrar que juega a otro nivel. El '10' sumo un gol más en su haber frente a los rojiblancos, y ya son 29, solo un minuto después de que Luis Suárez abriera la lata. Pese a la temprana expulsión de Diego Costa el partido estuvo igualado y no se decidió hasta los minutos finales en los que Messi volvió a marcar la diferencia.

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Después de la eliminación de Argentina en el Mundial de Rusia a manos de Francia y la posterior consecución del título, Antoine Griezmann tuvo la osadía de afirmar que puede comer en la misma mesa que Leo Messi y que Cristiano Ronaldo. Sin embargo, el galo está lejos de igualar los registros del portugués y el argentino, que le supera con creces en los enfrentamientos entre ambos.

El francés aún no ha conseguido ganar ni marcar en el Camp Nou en sus 13 visitas, 11 derrotas y dos empates. Cinco veces se enfundó la camiseta de la Real Sociedad en el feudo blaugrana y en todas cayó derrotado, y en ocho ocasiones con la elástica rojiblanca, seis derrotas y dos empates que saben a muy poco con su sequía goleadora. Por el contrario, Leo Messi le ha hecho 17 goles en 18 partidos al Atlético de Madrid en casa, cinco de ellos desde 2014, cuando Griezmann fichó por el club.

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Estos números justifican plenamente la superioridad de Leo Messi sobre Antoine Griezmann, que solo le ha hecho seis goles al FC Barcelona en toda su carrera y todos ellos ante su propia afición. En cambio al argentino le da igual donde juegue porque allí donde va es capaz de dejar claro que es el mejor jugador del mundo y nadie se sienta en su mesa.