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La idea de crear una Superliga europea que enfrente a los equipos más grandes del continente choca directamente con el interés que hace no mucho existía dentro del mundo del fútbol por reducir la carga de partidos. 

El calendario futbolístico es cada vez más exigente para los jugadores de la élite pues entre sus clubes, sus selecciones y la pretemporada, el tiempo de descanso es casi nulo, pero en este caso ellos parecen no tener ni voz ni voto.

Mientras en España se aprueba el nuevo formato para la Copa del Rey en el que entran nuevos equipos de categorías inferiores y se reduce a eliminatorias de un partido, en Europa se plantean una idea totalmente opuesta. Crear una nueva competición que sustituirá a la Champions League y en la que participen los equipos mejor valorados se verán las caras con un sistema similar al de cualquier liga nacional.

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Esta reforma supondría un aumento en el número de partidos por temporada, un descenso de posibilidades de los equipos "pequeños" para luchar con los "grandes" y el cambio de las competiciones domésticas de cada país a jornadas intersemanales. Evidentemente son muchos los detractores que se han pronunciado ya en contra de este multimillonario proyecto que reportaría más de 900 millones de euros al año a los equipos participantes.

Uno de los últimos en hablar sobre este tema ha sido Cesc Fábregas, el futbolista del AS Mónaco, que se ha mostrado muy crítico: "Me gustaría todas las ligas en sus países. Porque si coges los mejores equipos y creas una gran liga, no sé exactamente cómo lo harán, pero básicamente los equipos y ligas pequeños desaparecerán. Nadie los verá". 

El mediocentro español sabe bien lo que es jugar en Europa, pero sabe bien la importancia de los clubes más modestos: "Creo que hay que poner más atención en los equipos pequeños y no pensar solo en los más grandes porque tienes la Champions League, la Eurocopa y el Mundial para poder verlos. También tienes que competir con los equipos pequeños y es justo que ellos tengan la oportunidad de jugar estos partidos grandes. Pero no lo sé, tienen que explicar mejor lo que quieren hacer y veremos cuál es la decisión"

Fábregas no es el único que ha dejado claro que no le convence el proyecto, el presidente de la Liga de Fútbol Profesional, Javier Tebas, experto en meterse en todos los charcos, afirmó hace ya un tiempo que "La UEFA y la ECA está negociando a puerta cerrada así que el resto no sabemos las reformas que pueden poner a las Ligas nacionales en peligro. Están haciendo reformas en la Champions que son muy peligrosas para el fútbol, es un modelo muy dañino para las Ligas nacionales y para ellos mismos, que no entienden este negocio".

La Asociación de Clubes Europeos es la principal valedora de esta idea, algo que resulta extraño pues son 232 los clubes que la integran pero solo los de mayor nivel disputarían esta competición en perjuicio de los más humildes. La Superliga Europea tendría dos fases: una con varios grupos y luego una con eliminatorias directas. Además, se valora la posibilidad de organizar una segunda división, dando así posibilidades a los equipos que la integren a ascender. Sin embargo, la idea no termina de convencer a un amplio sector del panorama.