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El vigente finalista de la Champions League se ha ganado un sitio de nuevo entre los cuatro mejores de Europa a base de un fútbol vertiginoso que tratará de desbordar al FC Barcelona. El orden defensivo y en la presión hacen del Liverpool un equipo temible cuando no tiene el balón y letal cuando lo roba. Jürgen Klopp ha construido un equipo capaz de competir la Premier League al Manchester City de Guardiola y de aspirar a ganar 'La Orejona'.

Formación: 4-3-3

Klopp ha diseñado un sistema para hacer del Liverpool un equipo competitivo en cualquier escenario. Con Alisson en portería como titular indiscutible, Joel Matip y Virgil van Dijk se encargan de la seguridad defensiva. Andrew Robertoson por izquierda y Alexander-Arnold por derecha acompañan a la pareja de centrales en salida de balón y ocupan posiciones avanzadas en ataque para aumentar la fluidez del juego por las bandas.

El centro del campo es quizá la zona más vulnerable de los 'reds'. Fabihno y Henderson se alternan en el pivote defensivo, así como Keïta, Milner y Wijnaldum se alternan como interiores. Sin duda es la única parcela donde el entrenador alemán no tiene titulares indiscutibles y más dudas ofrece en la creación. Cuando el rival se cierra, es frecuente que el Liverpool se atasque en la medular a la hora de armar la jugada con peligro.

El tridente de ataque compuesto por Roberto Firmino (16 goles), Mo Salah (23 goles) y Sadio Mané (22 goles) es uno de los más temidos de Europa. Entre los tres han anotado 61 tantos esta temporada. Los tres puntas, con gran capacidad de asociación y variedad de movimientos, son una pesadilla para los defensas cuando salen al ataque con espacios. 

Fortalezas: la seguridad defensiva y la presión tras perdida


El fichaje de Alisson ha dotado al Liverpool de un portero sobresaliente capaz de ganar partidos. Con la llegada del brasileño, el equipo ha dado un salto de calidad tras la marcha de Karius, cuya actuación en la final de la Champions ante el Real Madrid acabó por condenar a los de Klopp. Con Alisson, el Liverpool solo ha recibido 28 goles, en comparación con los 61 encajados la pasada campaña con Karius y Mignolet como guardametas.

Van Dijk, ahora mismo uno de los mejores centrales del mundo, dirige una defensa cada vez más segura. Esa seguridad defensiva permite al Liverpool presionar de forma intensa para ahogar la salida de balón y sorprender con la velocidad y pegada de su tridente.

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Debilidades: el centro del campo y la poca profundidad de plantilla

Ni Keïta, ni Fabinho ni Milner ni Wijnaldum tienen la capacidad para armar jugadas con espacios reducidos. Su cometido es hacer llegar el balón a Mané y Salah en posiciones ventajosas para crear peligro. Sin embargo, cuando el rival se encierra al Liverpool le cuesta generar peligro mediante la circulación de balón. Es de esperar que el Liverpool entregue el balón al FC Barcelona e intente sorprender a la contra tras robo de balón.

La lucha por las dos competiciones podría desgastar a los de Anfield, cuya plantilla carece de suplentes de garantías tanto en defensa como en ataque. Solamente Shaquiri ha podido aportar goles y dar descanso al tridente.