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Se pone complicada la búsqueda de un nuevo patrocinador técnico para la Selección española. El pasado 20 de mayo, la RFEF anunció que rompía su vinculación con Adidas hasta 2026 y emplazó al resto de compañías especializadas a negociar para la firma de un nuevo contrato. El organismo argumentó que el contrato no se ajustaba a las condiciones de transparencia, legalidad y equidad mínimas exigibles para resolverlo.

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Sin embargo, apenas unos días después, se ha encontrado con un contratiempo. Puma, una de las principales marcas deportivas a nivel global, parece que se niega a "sentarse a negociar" con Rubiales. Y el hecho es relevante ya que tanto Puma como Adidas han mantenido históricamente una rivalidad fratricida y para Puma hacerse con la camiseta de España habría sido un gran punto a su favor.

Pero, como apunta El Confidencial, la maniobra podría tratarse de una nueva jugada por parte de Rubiales que podría haberle salido mal. Rubiales formaba parte de la Junta Directiva (2015) que aprobó la renovación del contrato con Adidas y en su momento se acordó por unanimidad dicha renovación. En otras palabras, Rubiales argumenta ahora que existe falta de transparencia en el contrato, pero en su momento dio su voto favorable a la renovación del contrato.


La misma información afirma que la RFEF ofreció el contrato a Puma y que ésta, después de ver el trato dispensado a su rival, no quiere saber nada de la federación. Curiosamente, Puma será el próximo proveedor del balón de LaLiga y de sobra es conocida la mala relación entre ambas instituciones.

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Además, el citado medio habla de que podría tratarse de una maniobra por parte de Rubiales para aumentar sus ingresos anuales. El actual presidente de la RFEF cobra anualmente un fijo de 160.000 euros y un pago variable - condicionado a los ingresos - del 0,6% de los ingresos de la federación.