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El pitido final del árbitro puede suponer muchas cosas más allá del término de los 90 minutos de un partido. El colegiado se lleva el silbato a la boca, lo hace sonar y terminan finales, torneos, temporadas e incluso carreras. Todos recordamos aquella mítica pancarta en el Santiago Bernabéu que rezaba "árbitro no pites el final que Zidane se nos va" en el último partido como futbolista del galo en el Santiago Bernabéu.

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Algo por el estilo debieron pensar los hinchas tanto de Arsenal como Chelsea hace escasos días, cuando la final de la Europa League y la carrera futbolística de Petr Čech rozaban sus minutos finales. El guardameta checo se retiró cayendo en una final, ante el equipo que le hizo grande y encajando cuatro dolorosos goles para devolver a los 'blues' a la gloria. El portero seguramente solo habría contemplado un final mejor: levantando el título.

Čech se despide del fútbol tras 20 temporadas como profesional desde el F. K. Chmel Blšany hasta el Arsenal donde más que las botas, ha colgado los guantes. Y, aunque con derrota, lo hizo por la puerta grande tras ser clave a la hora de llevar a su equipo a una final europea que hacía mucho no vivían los 'gunners'. Veinte años que han dado para mucho en la trayectoria del arquero que se dio a conocer en el Chelsea.

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Fueron 11 las temporadas que el checo pasó en Stamford Bridge para lograr cuatro títulos de la Premier League, cuatro FA Cup, dos Community Shield y tres League Cup. Eso a nivel nacional, a nivel europeo cosechó una Champions y una Europa League. Títulos a los que en los últimos años defendiendo la portería del Arsenal sumó dos Community Shield y una FA Cup más para maquillar una carrera brillante. El checo cuenta también con el récord de mayor número de partidos imbatido en la competición liguera inglesa con 202 partidos dejando su portería a cero.

Una trayectoria envidiable con la que muy pocos pueden compararse, una carrera llena de éxitos y marcada por una inseparable prenda que le hizo icónico. Čech, tu terminas tu carrera, cuelgas las botas, los guantes y el gorro, pero los aficionados, contigo y con tu carrera, nos quitamos el sombrero.