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Desde hace mucho tiempo el Balón de Oro parece que no tiene un dueño claro. Leo Messi partía como el principal candidato para suceder a Luka Modric y alzarse con su sexto galardón, pero las derrotas en Champions y en la Copa del Rey, unido la victoria del Liverpool en el Wanda Metropolitano han hecho que las aspiraciones de los jugadores del conjunto red suban como la espuma.

Y entre todos ellos el nombre que resuena con más fuerza es el de Virgil van Dijk. El defensa holandés se ha salido esta temporada y es uno de los granes responsables del éxito del Liverpool, que este año logró un registro histórico al encajar tan sólo 22 goles en la Premier. Van Dijk se ha colado entre los mejores defensas del mundo por la puerta grande y ha justificado más que de sobra los 80 millones que invirtieron en él.

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Subcampeón en Inglaterra, MVP de la Premier League, campeón de Europa y MVP de la final de la Champions es la carta de presentación de este defensa al que nadie ha conseguido regatear para alzarse con el Balón de Oro. En una temporada sin Mundial, la Champions League cobra más fuerza que nunca y ahí es donde Van Dijk no ha hecho prisioneros y ha realizado un torneo maravilloso, con una actuación soberbia en la final. Y para colmo puede poner el broche de oro a la temporada conquistando la primera Liga de Naciones con su selección.

Con cada partido que pasa, el holandés refuerza su candidatura para emular a Frank Beckenbauer y Fabio Cannavaro y convertirse en el tercer defensa de la historia que consigue hacerse con el prestigioso galardón. Ya sabemos que no es habitual ver a un defensa ganando el Balón de Oro pero si ellos lo lograron ¿por qué no puede hacerlo también Van Dijk? El central ha hecho méritos para ser proclamado como el mejor jugador del mundo y se postula como el principal candidato para pelear por ese título con un Leo Messi, a quien nunca hay que perder de vista. Y es que ninguno de los a priori favoritos al galardón han hecho una temporada tan excepcional como para dejar a un lado al central del Liverpool.

La temporada del holandés no puede quedar eclipsada por la posición en la juega, y una vez que se ha roto la hegemonía Messi-Cristiano también se puede reconocer el trabajo de otros jugadores que no desempeñan una labor tan vistosa sobre el terreno de juego pero que es igual de importante para lograr los éxitos colectivos. 

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