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La República de Osetia del Sur surgió a partir de las cenizas de la violencia. Este territorio perteneció a la URSS dentro de la República Socialista Soviética de Georgia, y en 1991 declaró su independencia lo que provocó la guerra con Georgia, país que todavía reclama su territorio, y se convirtió en una república independiente de facto. 15 años después, en 2008, la guerra volvió a estallar en Osetia del Sur entre las fuerzas georgianas y las rusas que apoyaban a los osetas.

Una vez finalizado el conflicto Rusia reconoció la independencia de Osetia del Sur, que no cuenta con el apoyo de la ONU, y sólo Nicaragua, Venezuela, Siria y Nauru reconocieron la independencia del territorio.

La República de Osetia del sur ha tenido que subsistir a base de la agricultura. Situado en el Cáucaso Sur rodeada de lagos y de montañas no es un lugar accesible ni fácil de encontrar en el mapa; está muy lejos de llegar a ser una gran metrópolis y no es un destino turístico. Pero con todas estas desventajas Osetia del Sur es finalista de un torneo europeo de fútbol, la Copa Europea de CONIFA que se está disputando en Artsakh.

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La selección oseta se clasificó para esta edición siendo uno de los tapados del torneo pero ha conseguido dar la campanada en un grupo donde, a priori, era la cenicienta con dos de los últimos semifinalistas de la Copa del Mundo del año pasado y la siempre difícil Armenia occidental, una selección muy fuerte físicamente.

El objetivo de Osetia del Sur era conseguir al menos una victoria que llevarse a casa y lo hicieron en el primer partido ante Armenia Occidental (1-2) con dos goles de Batradz Gurtsiev. Pero lo que menos esperaban era que en el siguiente partido volverían a alzarse con la victoria, esta vez ante los favoritos del torneo y vigentes campeones, Padania, asegurando así su clasificación para semifinales como primeros de grupo.

En el último partido de la fase de grupos no pudieron lograr la victoria ante País Sículo y se tuvieron que conformar con el empate 2-2, con otros dos goles de Gurtsiev que con cinco tantos se ha consolidado como una de las grandes estrellas de este torneo.

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Clasificados para semifinales contra todo pronóstico llegó el momento de medirse a otra de las revelaciones del torneo, Chameria liderada por Marco Van Basten (no el que todos conocemos).

El partido no fue bonito y el fútbol que ofrecieron estos dos equipos no era atractivo con continuas interrupciones por pequeñas faltas que rompían el ritmo de juego. Los dos equipos estaban más pendientes de no encajar gol que de anotar y las ocasiones de gol fueron escasas.

Tanto fue así que el partido acabó 0-0 y por primera vez en esta edición un partido tuvo que resolverse en la tanda de penaltis. Van Basten puso la nota de calidad al anotar su lanzamiento a lo panenka, pero de poco le sirvió a su equipo. El guardameta de Osetia del Sur se convirtió en el héroe de los suyos deteniendo dos penas máximas y su equipo se impondría 6-5 en la tanda de penaltis consiguiendo el billete para la final.

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La selección de Osetia del Sur ha logrado darle un lavado de cara a su imagen después de que en la edición de 2017 se fueran a casa con tres derrotas. Dos años después son semifinalistas y se verán las caras, nuevamente, con Armenia Occidental en la final de este domingo 9 de junio. A los osetios les ha costado mucho llegar hasta aquí y no piensan rendirse cuando están a un paso de la gloria.

"Los osetios del sur siempre miran hacia el futuro. Trabajan muy duro y siempre están pensando en alcanzar su meta. No se detienen Y siempre están pensando en ganar", afirmó su gran estrella Batradz Gurtsiev.

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