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Así, sin más explicaciones, el titular resulta un tanto insulso pues cualquier equipo, ya sea más grande o más pequeño, necesita a un futbolista como el holandés. La nueva promesa defensiva del fútbol europeo encajaría en cualquier equipo porque su edad, además de ser un seguro de años de rendimiento, es idónea para que se adapte con facilidad a cualquier club nuevo y a sus ideales, algo muy necesario en Barcelona.

Decía Joan Laporta en una entrevista hace varios días que en el club blaugrana se estaba perdiendo el genuino estilo de Cruyff y De Ligt, junto a De Jong, son las piezas clave para recuperar ese estilo que si hemos visto este curso en el Ajax de Amsterdam. El holandés es ya un futbolista consolidado en la élite pese a sus 19 años, líder y estandarte de un club semifinalista de la Champions League y de una de las selecciones con mayor proyección en toda Europa.

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En la Ciudad Condal no tendría esa necesidad de cargar con los galones pues Messi es el referente y Piqué el líder en una defensa a la cual podría adaptarse poco a poco. El defensa catalán tiene aún años por delante y el neerlandés sería su mejor pupilo para formar a un mariscal de campo que le sustituya cuando esté ausente. Matthijs es presente y, sobre todo, futuro, un plato que cocinar a fuego lento hasta rozar la perfección.

El Barça cuenta con tres centrales de garantías y De Ligt tendría que lidiar con ellos, pero más allá del beneficio de la competencia, su llegada sería una apuesta para hacerse con el defensa que promete dominar Europa pronto antes de que nadie se lo arrebate. Un fichaje con perspectiva a corto, medio y largo plazo que beneficia también al futbolista pues los mejores jugadores siempre deben estar en los mejores clubes. Por lo tanto, aunque suene muy evidente, el FC Barcelona necesita a Matthijs de Ligt.

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