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El ritmo de fichajes que estamos viviendo en estos primeros días tras el final de la temporada deja muy claras las necesidades de cada equipo. El Real Madrid, ansioso por olvidar el desastre del curso pasado, ha desembolsado ya 303 millones de euros en cuatro fichajes para renovar la plantilla, aunque aún no ha dado salida a ningún futbolista. En Barcelona siguen a la espera de confirmar, o no, la llegada de Antoine Griezmann.

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El Santiago Bernabéu ha vivido ya cuatro presentaciones hasta la fecha en un mercado que definimos como estival pero el verano está hoy de estreno, mientras que el Camp Nou aún no ha visto vestido de blaugrana ni a Frenkie de Jong, a quien firmaron hace ya meses. En este aspecto el FC Barcelona debería aprender del conjunto blanco que este año está haciendo las cosas bien y lo más importante, rápido.

El fichaje de Rodrygo ya era oficial desde el pasado año y se esperó una temporada más para vestirle de blanco, pero el resto de incorporaciones han sido gestionadas en tiempo récord. La directiva merengue puso el punto de mira en Luka Jovic y, según afirmó el propio futbolista, fueron los primeros, y los únicos, en llamar a su puerta. La llegada de Eden Hazard era un secreto a voces desde hacía más de un mes, pero también se efectuó de forma breve. Y lo mismo sucedió con Ferland Mendy, que tan pronto estuvo en la agenda madridista y las portadas de los diarios internacionales como vestido sobre el césped del Bernabéu.

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Esto contrasta notablemente con la actitud de un Barça cuyas negociaciones se están alargando tanto que otros clubes entran en la puja por sus aspiraciones. El caso de Matthijs de Ligt es el más claro pues todo apuntaba a que tenía la camiseta azulgrana ya serigrafiada con su nombre para la presentación y ahora parece estar más lejos que nunca. Los medios deportivos han relacionado ya al neerlandés con Manchester City, Bayern Múnich, Juventus de Turín y París Saint-Germain, todos ellos rivales directos y difíciles competidores en la carrera por el central con mayor proyección de Europa.

¿Y el fichaje de Griezmann? El francés hizo pública su decisión de dejar el Atlético de Madrid hace más de un mes y aún no se le ha visto por la Ciudad Condal. La demora en su fichaje ha levantado rumores sobre el rechazo del vestuario a un futbolista que, según directivos atléticos, estaba firmado desde marzo, o incluso del posible trueque que llevaría al galo al PSG y permitiría el regreso de Neymar a Barcelona.

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En el Camp Nou deberían fijarse un poco más en cómo gestiona sus operaciones el máximo rival. Rápido, pero no furioso, y con la mayor discreción posible para evitar que se entrometan en sus fichajes, aunque, como todos, han cometido fallos y por eso ahora Paul Pogba se escapa. Lo que está claro es que en estos casos, contradiciendo al gran Fito Cabrales, las prisas si son buenas.