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Cuando se informó que Oribe Peralta dejaría al América para llegar al Guadalajara, gran parte de la afición rojiblanca vio con buenos ojos la llegada de un elemento de tanta jerarquía y experiencia, sin embargo, esta contratación también nubló la realidad del equipo, el cual sigue sin tener un plantel que pueda competir por el título. 

Chivas dejó claro durante el último torneo que los cambios eran necesarios y que gente importante debía reforzar al club para alejarse de la zona de descenso y poder ser un candidato por el campeonato de la Liga MX. Y pese a que hay muchos puntos positivos en que alguien como Oribe llegue al vestidor del Rebaño Sagrado, no hay que olvidar que es un jugador de 35 años con muy poca actividad en los últimos 6 meses, por lo que su función en el equipo será más de vestidor que dentro del terreno de juego. 

El Guadalajara sigue necesitando reforzarse en distintas zonas y la emoción que causó la llegada del veterano futbolista no debe de hacer que se quite el dedo del renglón sobre la obligación de armarse de manera poderosa, pues la goleada recibida por River Plate fue una muestra más de que este equipo aún no está completo y que así no se puede ser un contendiente al título. 

Las Chivas necesitan mayor comunicación, más entendimiento en el campo y una idea clara de juego, pero si aunado a esos detalles no tienes elementos frescos que le den otra cara al Rebaño Sagrado, es inadmisible cargarle toda la responsabilidad a la 'bomba' de 35 años que llegó como el refuerzo de lujo.