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Por segundo año consecutivo, el Barça ha 'tocado' a Griezmann y el hecho ha acabado disgustando al equipo rojiblanco, emitiendo un comunicado contundente, donde ataca a Griezmann y al Barça por su actitud. Especialmente, no han gustado nada las maneras del equipo azulgrana, intentando imponer su propio beneficio a toda costa buscando aplazar el pago.

No está de más recordar que el Barça ha intentado en dos ocasiones firmar a Griezmann sin consentimiento del Atlético, la última, parece que con éxito. Cierto es que la legislación española no impide tal caso, pero la deportiva sí, y el Barça se ha extralimitado, como así se afirma en el comunicado. Porque Griezmann llevaba negociando con el Barça desde febrero, con el Atlético jugándose la Champions League e inmerso en la pelea por la Liga. Si hubiera sido un jugador con menor peso, el problema se relativizaría, pero hablamos de Griezmann, estrella del equipo.

Ahora el Barça, parece falto de liquidez, busca negociar y aplazar el pago, después de haber llevado la operación con malas artes. Si hubiera abonado los 120 millones de euros que marca la cláusula, aquí nada habría pasado y el club azulgrana ya podría tener a su nueva estrella, pero todos han decidido negociar y, para variar, han continuado las malas maneras del Barça, ninguneando al Atlético de Madrid.

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Ante semejante tesitura, es lógico y normal que el Atlético haya 'declarado la guerra al Barça'. Son dos agresiones en un año y demasiado ha tragado el Atlético no denunciando la situación en público y oficialmente hasta ahora. No hay que olvidar que Griezmann sigue siendo, a todos los efectos, jugador colchonero y que, hasta que no abone su cláusula - mejor se olvidan ya de negociar - no podrá decidir su futuro y el Barça se tendrá que aguantar. No le  vendría mal al Barça rememorar la época en la que enarbolaban los valores del club, a ver si recuerdan algo.