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El técnico guipuzcoano aterrizó en la capital andaluza hace ya varias semanas, pero no fue hasta el pasado jueves cuando se puso por primera vez al mano de un entrenamiento. La mayoría de los futbolistas del Sevilla regresaron de sus vacaciones y se pusieron a las órdenes del que será su nuevo entrenador antes de afrontar su primera concentración. En la primera sesión todo marchó sin problemas, pero ayer viernes Lopetegui tuvo que ser atendido por las asistencias tras recibir un fuerte balonazo en el rostro.

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Las imprecisiones de los primeros días jugaron una mala pasada a Julen, que de un momento a otro se vio en el suelo, sin gafas de sol y tratando de recuperar el sentido tras el pelotazo que, desafortunadamente, recibió de Daniel Carriço. Este suceso tuvo aturdido durante varios minutos al técnico ante la atenta mirada tanto de jugadores como de los servicios médicos del club, que rápidamente se acercaron a comprobar que no había ningún problema grave.

Más allá del suceso, la otra noticia del día fue la incorporación de Sergio Reguilón, que justo después de firmar su contrato se unió a la disciplina de un hombre que le conoce bien. El lateral madridista vestirá la camiseta del Sevilla este curso en calidad de cedido buscando unos minutos que, con Marcelo y Mendy, no iba a tener en el conjunto blanco. Junto a él volvió al trabajo también un Franco Vázquez que estuvo ausente el jueves y tuvo que dar explicaciones a Lopetegui, algo que seguramente les sirvió a ambos para conocerse mejor.

En el entrenamiento estuvieron también el presidente José Castro y el director deportivo Monchi. Ambos seguirán tratando de mejorar una plantilla que ya es la más reforzada de La Liga con siete nuevas caras, y que este fin de semana podría firmar a algún nuevo integrante para un proyecto que arranca esta semana en Portugal con ilusión y muchos rostros diferentes, aunque tras el percance el de Lopetegui sigue siendo el mismo.