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El ex delantero Rodrigo Mora tuvo su merecido partido despedida en el Estadio Monumental de Nuñez, casa del Club Atlético River Plate, donde convocó a grandes glorias de la historia de la institución para vivir una noche inolvidable.

El uruguayo decidió que los campeones de la Copa Libertadores 2015 se enfrentaran con los ganadores de la última edición, la de 2018, además de incluir a los ídolos de siempre como Norberto Alonso, Ariel Ortega, Enzo Francescoli, Fernando Cavenaghi y, claro, Marcelo Gallardo.

Uno de los momentos más divertidos ocurrió luego de un gol de tiro libre logrado por el protagonista, ya que el árbitro del encuentro Pablo Lunati sorprendió al sacar su celular y pedirle una selfie en pleno campo de juego.

El "Muñeco", quien jugó para los campeones de 2015 y a su vez fue el entrenador, mostró pinceladas que exhibía cuando era futbolista y hasta burló la marca de su dirigido Javier Pinola, en otra de las acciones simpáticas de la noche.

Pero lo más emotivo del partido se dio a los 7 minutos del complemento cuando Máximo, el hijo de Mora, ingresó al Monumental a jugar: papá lo recibió con un abrazo segundos antes de asistirlo para su primer gol (luego marcaría otro de penal), ante los aplausos de todos los presentes.

El charrúa de 31 años decidió ponerle fin a su carrera a principios de este año, ya que jamás pudo recuperarse de una lesión en su cadera, por la que tuvo que operarse en 2017. Debido al constante sacrificio para sobreponerse a las adversidades y por los nueve títulos que conquistó en Núñez, la dirigencia decidió homenajearlo para que tenga su noche, y todo salió a la perfección.