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No ha empezado bien la pretemporada el Real Madrid y ya están sonando las primeras alarmas. No es novedad, todo el mundo sabe cómo acabó el equipo la temporada pasada, con dos meses de absoluta intrascendencia donde Zidane podría haber aprovechado para iniciar la revolución que necesitaba el equipo y que acabó dando más pena que otra cosa.

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Con la llegada de los nuevos fichajes se suponía que la situación se iba a revertir, pero parece que el primero que no quiere cambiar es el propio Zidane, el mismo que se marchó a final de mayo de 2018 porque previó con acierto la situación que se avecinaba.

En este lapso de tiempo, desde que se marchó Zidane hasta que volvió, el único que de verdad ha intentado dar una vuelta de tuerca ha sido Solari. Más bien, el único que ha visto la pasividad de ciertos jugadores y que intentó poner remedio. El argentino dio más protagonismo a Vinicius, Reguilón y Llorente y estos rindieron. Sentó a Isco y Marcelo y dio oportunidades a jugadores como Valverde. No fue casualidad que el equipo reaccionara en enero (aunque después se cayera todo), es que jugaban los que mejor estaban. En otras palabras, el argentino vio quién hombres y no nombres y, en consecuencia, premió con minutos.

Zidane volvió con la misma idea de cambio, pero poco le duró el cambio. Solo hay que ver las alineaciones esta pretemporada; juegan los mismos de siempre más Hazard por Cristiano. Lo demás, es la misma historia de siempre y por eso se está repitiendo la historia, esta vez, con más vergüenza incluso.

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Esperemos que el técnico galo reaccione y de un giro de guion. Ha empezado mal, no solo repitiendo alineaciones, sino vendiendo jugadores que no son de su agrado y que rindieron con Solari. Todavía hay tiempo para reaccionar y dar un viraje brusco que enderece una temporada que se avecina negra. Ojalá lo haga, sino, le va a pasar lo mismo que a Solari, él único que si se ha atrevido a hacer reaccionar al equipo.