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Hoy iba a escribir sobre Eden Hazard y su adaptación al fútbol español y al Real Madrid. Tranquilos, lo voy a hacer, es de lo que va a tratar este artículo, columna o como ustedes lo quieran llamar. Sin embargo, a última estancia he decidido no abordarlo por la idea que tenía en la cabeza. En un principio, iba a recordaros aquello de que el imperio romano no se construyó en dos días, que en el imperio español no se ponía el sol o, como dice Siniestro Total, en el de ahora no sale. Iba a relacionaros ese imperialismo con el Real Madrid, su avance en la conquista de Europa y cómo es el club más laureado del continente, el imperio futbolístico. Pero finalmente he decido no hacerlo.

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No, no lo voy a hacer porque unas ideas de las que no es comprensible hablar en un artículo deportivo no me lo permiten y porque todos somos conscientes de que nada es fácil en los primeros días. No sé si ustedes habrán cambiado alguna vez de ciudad, país… no sé, incluso de barrio o de colegio cuando la edad nos llevaba a unas aulas en los que nos educaban. Si han pasado por alguna de estas cosas, serán conscientes de que no es fácil adaptarse y los primeros días son duros, pero con el tiempo, todo fluye e incluso va mejor de lo que iba antes.

No hay mejor razonamiento de este para pedirle calma a los madridistas. Hay que mirar a uno mismo y esperar. Eden Hazard está llamado a brillar, pero, para hacerlo, primero se tiene que adaptar al estilo de vida de una ciudad que apenas ha pisado entre tanto viaje de pretemporada, al juego de un equipo que no rinde y está en continuo cambio y a sus compañeros. Hay que darle un paréntesis. Tiene mimbres para sentar cátedra en el madridismo. Conocemos su cambio de velocidad, su regate, su visión de juego y su gol… y van a salir a flote. Puede que no salgan a flote ni hoy ni mañana, pero lo harán. Solo se necesita paciencia.

Y sí, sinceramente, creo que este hilo es mucho más verídico y entendible que uno en el que os hablara de asuntos geopolíticos, historia e imperios que no se construyeron de la noche a la mañana. Estados que fueron trabajando paso a paso, ganando poder y tomando los medios para conseguir ser lo que fueron, o lo que son. Hay que mirar a uno mismo y sentir calma y paciencia… lo que no sé es si los blancos podrán tenerla.