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El domingo por primera vez desde que Antoine Griezmann es jugador del Barcelonacoincidió en una convocatoria de un partido con Lionel Messi durante la disputa del trofeo Joan Gamper, en el que el conjunto blaugrana se presentó ante su afición. Un partido que, por cierto, ganaron los culés gracias a un postrero gol de Luis Suárez (2-1) al Arsenal.


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Y ya desde el primer día podría haber saltado la polémica entre el francés y el argentino. En el minuto 78 del encuentro, Griezmann, que había sido titular, fue sustituido y en el banquillo fue dando la mano a todos y cada uno de los integrantes de la plantilla que había allí sentados. Cuando llegó a Messi, éste no lo saludó. La verdad que viendo las imágenes hay dudas de que lo hiciera a propósito o de que no se diera cuenta, pero la intriga está ahí.


Todo esto ocurrió a pesar de que el ex jugador del Atlético de Madrid hiciera declaraciones muy favorables hacia el argentino tras el partido que jugó el Barcelona ante el Chelsea en Japón: "Estoy deseado conectar con él en el campo. Es el mejor, sabe que cuando habla, todo el mundo le escucha" aseguraba Antoine.

Y precisamente eso es lo que hizo Leo justo antes de que comenzara el partido. Como capitán del Barcelona, tomó el micrófono y se dirigió a la afición culé para dar el discurso previo al estreno de su equipo: "Es difícil hablar después de lo que pasó el año anterior, pero no me arrepiento de nada. Este año volveremos a luchar por todo"

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Como decimos, la polémica está servida. Los más escépticos pensarán que no hay buen rollo entre los dos cracks, que podría ser por el troleo del año pasado del francés al Barcelona con su vídeo. Los más cautos pueden creer que fue sólo una mala casualidad. Lo iremos viendo a lo largo de la temporada

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