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El Atlético de Madrid es el protagonista de la jornada. Los colchoneros están próximos a fichar a Rodrigo Moreno, el delantero del Valencia. Un fichaje, a priori, muy positivo para mejorar el juego y el ataque del Wanda Metropolitano, sin embargo, Simeone tiene ahora uno de esos benditos problemas. El Cholo debe pensar en cómo encajar sus grandes piezas de ataque para que todos tengan minutos y puedan ofrecer su mejor nivel. Más allá de las rotaciones, cada vez más de moda en contra del once tipo, el técnico debe adaptar un esquema de juego diferente al de la temporada pasada. La solución pasa por el 1-4-1-2-1-2, es decir, el famoso rombo.

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Mi mente imagina un once tipo del Atlético de Madrid formado por Oblak; Trippier, Giménez, Savic, Renan Lodi; Llorente; Saúl y Koke; João Félix; Rodrigo y Diego Costa. Un esquema en el que se puede rotar e intercambiar piezas. En las posiciones de interior, compuestas por Saúl y Koke, es una posición en la que también podrían actuar jugadores como Lemar o Vitolo, en ese caso, incluso Saúl podría bajar al puesto de pivote, que rotaría con Thomas.

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Lemar y Vitolo también podrían aparecer en la mediapunta, puesto, a priori, de João Félix. Una posición en la que incluso podría jugar Rodrigo Moreno, el flamante nuevo fichaje del club. Algún partido en el que se necesite ser muy ofensivo, o incluso una segunda mitad, con Rodrigo en la mediapunta y por delante Morata y Diego Costa, como puntas fijos. Pese a ello, la mejor posición de Rodrigo sería en esa línea de dos, como segundo punta, con un punta referencia, posición que se debaten Morata y Diego Costa, cambiando posiciones con João Félix y cayendo a banda para crear más profundidad. Además, aprovechar la experiencia de Morata y Diego Costa en el fútbol italiano e inglés para hacer el papel que tienen allí los nueve; en Inglaterra de prolongar y en Italia de frenar el balón y ofrecer el pase al que viene de cara. En ambas situaciones, Rodrigo sería el beneficiado.