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El futbolista portugués se reveló contra el conjunto alemán tras la escasez de oportunidades que había tenido esta temporada y reclamó que se le buscase una salida en este mercado veraniego. La directiva bávara trató de retener al centrocampista, pero las llegadas de Cuisance y Coutinho hicieron que Sanches terminase por explotar y decidió ausentarse de los entrenamientos a la espera de encontrar una buena oferta.

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Finalmente, el Bayern de Munich ha acordado con el Lille el traspaso de Sanches, que supondrá un desembolso para los franceses de 20 millones de euros fijos, y cinco en variables, para que el jugador continúe con su proyección. Sin embargo, la última muestra de sublevación del luso le ha costado una sanción económica antes de dejar el Allianz Arena.

El motivo por el que el Bayern decidió sancionar a su futbolista fue su ausencia en los estiramientos posteriores al encuentro del pasado fin de semana ante el Hertha de Berlín. Sanches no solo no se ejercitó con sus compañeros, sino que dejó unas declaraciones en zona mixta que agravaron aún más su situación hasta llegar al punto del castigo económico.

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El propio Niko Kovac reconoció esta sanción en rueda de prensa esta misma semana: “Hubo multa (a Renato), es verdad. Pero no por aquello que Renato dijo al término del partido. Fue solamente porque no hizo los ejercicios físicos que se realizaron al término del partido. Aquellos que no jugaron entrenaron con el preparador físico después del pitido final para activar el cuerpo. Él ya estaba en el vestuario. Se duchó y se fue a su casa. Por eso le hemos multado, por saltarse un entrenamiento. Y esto no puede pasar sin sanción. El hecho de estar fuera de la convocatoria es parte de esto…”.

Renato Sanches ha conseguido su objetivo de salir del conjunto muniqués, aunque le haya salido más caro de lo que esperaba, y ahora en la Ligue 1 confía en poder demostrar esas cualidades que le llevaron a las portadas en 2016. Ese mismo año despuntó con la selección de su país en la Eurocopa que terminó levantando, logró el premio Golden Boy y supuso su fichaje por el Bayern por más de 40 millones de euros.