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Son ya cuatro años y más de 1.700 minutos de juego del último gol de Luis Suárez como visitante en Liga de Campeones. Fue el 16 de septiembre de 2015, cuando el delantero uruguayo abría el marcador en el Olímpico de Roma, por el primer encuentro de la fase de grupos de esa edición.

El Barça comenzaba aquella Champions League como campeón reinante con un empate a uno ante el equipo de la capital italiana. El uruguayo había anotado siete tanto en la temporada anterior, con gol en la final incluído. En la 2015-16, el conjunto blaugrana quedó eliminado en cuartos de final en manos del Atlético, y Suárez se despidió del torneo con un registro de ocho goles en nueve partidos.

Otras dos eliminación en cuartos en manos de la Juventus y de la Roma, y una eliminación en semifinales ante el Liverpool han hecho de que la Orejona se convirtiera en la máxima obsesión de los catalanes, pero sin el Suárez de hace tres años se hace cuesta arriba. El uruguayo ha anotado solo cinco goles en las últimas tres ediciones del torneo continental. Ninguno de ellos como visitante.

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En el marco local, sus registros y su asiduidad goleadora son muy diferentes. Pero la prioridad del Barça ahora es la Champions. Su único gol en Europa la temporada pasada fue ante el Liverpool en la ida de semifinales, que poco sirvió luego de la remontada monumental de los reds. Y es que en Anfield, fuera de casa, cuando un gol valía oro, Suárez volvió a desaparecer.