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La humillante derrota del conjunto blanco en París deja al equipo sumido en una crisis notable en el primer tramo clave de esta temporada que no ha hecho más que comenzar. La sufrida victoria ante el Levante suponía el inicio de tres semanas de competición intensiva con siete encuentros reas los cuales los madridistas podían salir reforzados o señalados.

El triunfo en La Liga, con una primera mitad para enmarcar y unos segundos 45 minutos para el olvido, y el estrepitoso fracaso en la Champions League han generado una gran cantidad de dudas en el equipo, que ahora tiene por delante cinco partidos que se tornan en cruciales. Cuatro choques de La Liga, dos en casa y dos a domicilio, y la visita del Brujas son los compromisos que el Real Madrid deberá afrontar antes del próximo parón de selecciones.

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El primero, este domingo, ante un Sevilla que ha arrancado la temporada como un tiro y, pese a tener un día menos de descanso, pondrá todas sus cartas sobre la mesa para mantener su liderato en la competición doméstica. Zidane, cuestionado estos últimos días, se mide a Lopetegui, que seguramente disfrute dejando a su ex-equipo aún más tocado. Una derrota dura en Sevilla podría suponer la puntilla a este Madrid falto de alternativas.

Tres días después, el miércoles 25 de septiembre, será el recién ascendido Osasuna quien pondrá a prueba a los blancos en el Santiago Bernabéu. Los navarros aún no han perdido ningún encuentro desde su regreso a la Primera División, lograron un merecido empate ante el FC Barcelona y disfrutarán de dos días más de descanso al disputar hoy su encuentro liguero.

El fin de semana que viene el Real Madrid tendrá de nuevo un partido de altura, el primer derbi de la temporada y en el Wanda Metropolitano. El Atlético de Madrid ya arrasó a los merengues en la International Champions Cup de verano y ante su gente esperan repetir la hazaña con una victoria que podría dejar fuera de juego a sus máximos rivales en la capital de España. Una victoria madridista supondría un auténtico chute de moral para ellos de cara a los dos encuentros siguientes.

El martes 1 de octubre, los de Zidane estrenarán el mes recibiendo al Brujas en la segunda jornada de la Champions League y no pueden permitirse un tropiezo si quieren seguir la estela del París Saint-Germain. Para entonces el galo espera tener a todos sus efectivos al cien por cien, haber dejado atrás esta crisis y reencontrarse con el triunfo en su competición fetiche.

El Real Madrid cerrará estas dos semanas ante el Granada en un Santiago Bernabéu que para entonces puede aclamar la resurrección o pedir la cabeza de Zidane. De nuevo un recién ascendido visitará el coliseo blanco con la esperanza de lograr un buen resultado y amargar las "vacaciones" del parón internacional a los blancos.