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Sevilla y Real Madrid se verán las caras este fin de semana en el que sin duda es uno de los partidazos de LaLiga. El Sánchez Pizjuán ya calienta motores para un partido de altos vueltos y que tendrá un sabor especial para Julen Lopetegui. 

Hace un año el técnico vasco era entrenador del conjunto blanco y a estas alturas tenía al equipo segundo clasificado con 10 puntos a dos del FC Barcelona, pero lo que no se podía imaginar es que un mes y medio después sería despedido de su puesto.

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Un año después el Madrid de Zidane presenta peores números que aquel equipo de Lopetegui, con ocho puntos en cuatro partidos y una derrota en Champions ante el PSG que ha encendido las alarmas en el Santiago Bernabéu, mientras que al técnico ahora la suerte le sonríe. A Lopetegui le echaron del Madrid por mucho menos pero ahora parece que los astros se han alineado a su favor y por cosas del destino este domingo el Madrid visita al líder en el Sánchez Pizjuán. Un Sevilla que no da muestras de debilidad y que cabalga con paso firme tanto en LaLiga como en Europa. Lopetegui, ese hombre en el que no confiaron en el Madrid, ha construido un Sevilla prácticamente desde cero con 15 caras nuevas, pero que mantiene la entidad y el espíritu de un equipo campeón.

Viendo la situación en la que están los dos equipos, el Madrid se presenta como la víctima perfecta para que Lopetegui se reivindique dándole la puntilla casi definitiva a su exequipo y les de a probar a todos aquellos que no confiaron en él un poco de su propia medicina. La victoria del Sevilla ante los blancos no es ninguna utopía y sería una gota más en el vaso de un Madrid que ya está desbordado, y ni Zidane ni los jugadores ni Florentino dan síntomas de poder atajar esta crisis que parece que va a ir a peor. Sería curioso que el hombre que fue despedido hace algo más de un año tras la debacle del Camp Nou sea el mismo que acentúe aún más la mala situación que atraviesa el Madrid.

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Lopetegui se fue dejando un Madrid en crisis y en la novena posición; y ahora el técnico tiene a su equipo líder mientras que los blancos empiezan a jugársela ante un rival directo. Quizá la suerte le siga sonriendo y este domingo se cierre el círculo con una victoria, y si la justicia poética existe el fútbol le debe esta victoria a Lopetegui más que ninguna otra.

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