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Boca y River se enfrentaron por primera vez en la historia del fútbol femenino de manera profesional, en un Superclásico en el que el conjunto "Xeneize" impuso condiciones tanto en el juego como en el resultado: le propinó una goleada de 5 a 0 a su rival.

Sin embargo, y más allá de la grata noticia del arranque del certamen, quedó la sensación de indignación por el día y horario que la organización le puso al partido: martes a las 15.

Si bien hubo una cantidad de público más que aceptable teniendo en cuenta lo recién mencionado (unas 4000 personas dijeron presente en La Bombonera, con entrada gratuita para socios), es lógico pensar que de haberse disputado en un momento razonable el estadio hubiera lucido mucho más poblado, con un marco similar al que tiene un partido profesional de hombres.


Si el objetivo claro es poder darle difusión a la nueva competencia, ¿por qué no ponen su enfrentamiento más importante y esperado en un día y horario normal? 


Lo ideal habría sido que los equipos femeninos de Boca y River se enfrenten un sábado o domingo, como preliminar de la Primera masculina. Aquí no cuenta la excusa del cuidado del césped, ya que en reiteradas ocasiones la Reserva ha disputado encuentros en ese momento.

Los organizadores de la competencia, en conjunto con todos los clubes que lo conforman y la televisación, deberán replantearse seriamente las cosas si quieren lograr visibilidad y profesionalismo propiamente dicho. 

Todos apoyamos la profesionalización del fútbol femenino en Argentina y para ello habrá que trabajar duro y parejo en los distintos aspectos del certamen. Así, las chicas se tomarán cada vez más en serio su actividad, la vara estará un poco más alta y todos disfrutaremos de un mejor espectáculo.