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Tres días antes de recibir a Boca por la ida de las semis de la Copa, River visitará a Gimnasia en La Plata con un once completamente alternativo. Por razones obvias, el Muñeco cuida a sus mejores hombres de cara al primer encuentro de la serie más importante del año y ningún hincha en su sano juicio le podrá reclamar algo sobre esta decisión.

Sin embargo, esta nueva priorización de la Copa por sobre el torneo local nos da pie para hablar de la gran cuenta pendiente del ciclo Gallardo: la liga doméstica.

Desde que el Muñeco asumió a mediados de 2014, River no pudo ser campeón de lo que actualmente se denomina la Superliga y solo en dos ocasiones la peleó hasta las últimas instancias. Las razones son varias, desde una innegable mejor perfomance en los duelos "mata-mata", pasando por lesiones, planteles cortos que no alcanzaban para pelear dos frentes o simplemente malos resultados frente a rivales aparentemente inferiores.

Repasemos: en el primer semestre del Muñeco, River venía de ser campeón con Ramón Díaz, era puntero y gran candidato al título. Pero un empate con Olimpo de local y una derrota en el Cilindro ante la Academia le sirvieron el campeonato a Racing. Por aquel entonces, el Millo se concentraba en la Sudamericana y en aquel partido en Avelleneda jugó con mayoría de suplentes ya que se venía el choque con Boca.

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En 2015, debut del mamarracho de 30 equipos, se despidió de la pelea mucho tiempo antes del final y quedó 9º a 15 puntos de Boca. En agosto de ese año, levantó la Copa Libertadores.

Los primeros 6 meses de 2016 se pueden considerar los peores del ciclo Gallardo: en aquel Torneo de Transición que consagró a Lanús quedó 9º en una zona de 15. La conquista de la Copa Argentina en diciembre sirvió para calmar las aguas, clasificar a la Libertadores 2017 y tomar envión para pelear por el título, pero pese a haber recortado una distancia de 9 puntos con Boca, un empate en el Monumental con Central y una posterior caída con San Lorenzo le pusieron punto final a la ilusión de arrebatarle el título al Xeneize.

La Superliga 2017/18, River la vio pasar. Llegó a estar a 21 puntos de distancia de Boca, el bicampeón, y finalizó en el 8º puesto a 13 unidades de diferencia. El haberle ganado la final por la Supercopa Argentina en marzo significó una inyección anímica a partir de la cual se vio otro equipo, uno que terminaría ganando la histórica final en Madrid. Pero desde ese punto se repitió el ciclo: concentración en la Copa, descuido del torneo local y remontada en el último tramo que no fue suficiente para alcanzar a Racing.

La historia parece volver a repetirse en la Superliga 2019/20, donde River ya ha dejado pasar varios puntos que luego lamenta y con 7 fechas jugadas ya se encuentra a 6 de Boca, el puntero. Con Gimnasia hay que poner a la Reserva si hace falta, eso no admite discusión. ¿Pero podrá el Muñeco cortar con esta racha y volver a salir campeón local después de 6 años?