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Coutinho es un futbolista de talla mundial. Lo sabía el Barcelona cuando realizó el fichaje más caro de su historia y lo sabía también cuando lo dejaron marchar. El problema fue que el brasileño no terminó de encajar en el esquema de juego de Valverde y nunca se sintió cómodo. 

Dejó destellos, pero no pudo mostrar el nivel de top mundial que realmente tiene. Además, en el Camp Nou no le permitían su juego a ráfagas, exigían regularidad. Ahora ya no viste de blaugrana y juega para los bávaros. Con ellos, está completando unos primeros partidos impresionantes y ya ha enamorado en Múnich.

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El futbolista cedido por los culés ha jugado seis encuentros con el Bayern en los que acumula dos tantos y dos asistencias. Más allá de estos buenos números, las sensaciones que está dejando sobre el terreno de juego son superiores. Kovac, técnico del Bayern, exclamó en rueda de prensa: “Parece que baila sobre el balón. Sabe lo que debe hacer en cada momento y cómo debe ejecutarlo”.

En Múnich andan locos con él. Hasan Salihamidzic, director deportivo, tras el encuentro contra el Padeborn mostró sus dudas acerca de que se pueda “jugar mucho mejor que él en la primera parte. Es una delicia cómo la toca y cómo se mueve, pero creo que aún no ha llegado a su límite”. Mientras todos alucinan con su técnica, Coutinho, al igual que en el Barça, no habla con los medios… él habla sobre el césped.