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El político estadounidense William Jennigns Bryan dijó en una ocasión que "el destino no es una cuestión de azar, es cuestión de elección", y en el caso de Casemiro no pudo estar más acertado. El mediocentro brasileño se ha convertido en uno de los mejores futbolistas en su posición a lo largo de estos últimos años, apuntalando el centro del campo del equipo que ha alzado cuatro Champions League en los últimos cinco años.

La historia de como el centrocampista del Real Madrid terminó ocupando el puesto que desempeña es la clara imagen de que W.J. Bryan no se equivocaba. A diferencia de muchos otros futbolistas, que por necesidades del equipo se desenvuelven en una posición, fue el propio Casemiro quien decidió ocupar esa posición en un instante que pudo haber cambiado su futuro por completo.

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Fue el propio futbolista quien contó, hace ya un tiempo, cómo terminó siendo centrocampista, cuando hizo su primera prueba para entrar en la cantera del Sao Paulo. El brasileño contó en aquella ocasión que cuando era pequeño jugaba en todas las posiciones, lo cual le permitía abrirse muchas puertas de cara al futuro. Él pensaba jugar como delantero, y así se inscribió para las pruebas del club que le vería crecer, pero al llegar y ver que había muchos compañeros que optaban al puesto en el ataque del equipo, decidió apostar por ser mediocentro defensivo, un cambio bastante llamativo a sus once años.

El propio Casemiro terminó de contar la anécdota diciendo: "Nos hacían levantar la mano y cuando vi que había tantos delanteros, dije que no era delantero. Levanté la mano para ser mediocentro". El acto de levantar la mano, un instante, una decisión que podría haber cambiado el devenir de su futuro y su carrera como futbolista, su destino al fin y al cabo. Un destino que le ha llevado a jugar con los más grandes y defender una de las camisetas más destacadas de la historia del fútbol.