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Se terminaron los amistosos y se viene la hora de la verdad. Cada vez falta menos para la Copa América que se disputará en Brasil y en la selección Argentina hay un clima de mucha preocupación.

El golpe contra Venezuela fue demasiado duro, tal vez exagerado, pero parece haber marcado un quiebre. Un entrenador que no parece estar a la altura de las circunstancias, un esquema que no se termina de comprender, jugadores que siguen sin rendir y muchos cuestionamientos de la gente.

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El regreso de Lionel Messi duró poco y el argentino solamente jugó el primer partido. Oficialmente, fue baja en el segundo amistoso contra Marruecos por lesión, aunque era algo que ya todos sabían. Al crack del Barcelona no se lo vio bien contra Venezuela, se lo notó incómodo y no disfrutó del encuentro.

Con Marruecos, más allá de la victoria que se consiguió a minutos del final, el equipo no pudo mostrar absolutamente nada. Es cierto que las condiciones eran muy complicadas, por los fuertes vientos en el estadio, pero no hubo muchos aspectos para destacar en los jugadores.

Para muchos, se trata de la peor selección Argentina en mucho tiempo. Un equipo que todavía no tiene identidad y que dejó más dudas que certezas. Un equipo que apuesta por la renovación, pero que no se encuentra en el campo de juego.

Como si fuera poco, Scaloni muestra su inexperiencia y hay cosas que siguen sin estar claras. Demasiados jugadores en cancha, pocos minutos para mostrarse y la sensación de que ninguno pudo meterse en la Copa América. Un certamen que pinta complicado y que no genera ilusión en los argentinos.