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El 28 noviembre del 2016, el mundo del fútbol lloró por el club Chapeocoense, tras el accidente de avión que dejó sin vida a 71 integrantes del club que viajaba a la final de la Copa Sudamericana. 

Un año y medio después del terrible suceso, el jefe del grupo de investigación de accidentes de la Aeronáutica Civil de Colombia (Aerocivil), coronel Miguel Camacho, confirmó que la razón del siniestro se debió a la falta de combustible de la aeronave. 

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"La aeronave se abasteció con 1.636 kilos de combustible en Santa Cruz para completar 9.300 kilos. Esta cantidad era insuficiente para completar el vuelo entre Santa Cruz, Bolivia, y Rionegro, Colombia. La cantidad mínima del combustible debía ser 11.603", explicó el coronel Camacho. 

El informe final realizado por los investigadores, detalló que la compañía Lamia planificó un vuelo sin escalas a territorio colombiano sin cumplir con los requisitos mínimos de gasolina exigidos por ley para este tipos de vuelos, lo que desembocó en una de las mayores catástrofes en la historia del fútbol. 

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"No cumplía las políticas de combustible. Efectivamente tenía una política escrita, hacía eco la empresa en sus manuales de los estándares internacionales sobre combustible, pero no los cumplía".