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El jugador internacional sueco Sebastián Larsson, conocido por su paso por clubes Premier League como Arsenal, Birmingham o Sunderland, y ahora en las filas del AIK Solna, ha realizado uno de los actos más reprochables en su carrera deportiva, tanto que finalmente le acarreó ser expulsado del encuentro.

Corría el minuto 98 del encuentro, pasado incluso el tiempo añadido, cuando el centrocampista, con empate a uno en el marcador, botó una falta y la mandó directa a la escuadra de la portería del Malmö, otro de los grandes del fútbol sueco.

El jugador, sin pensarlo mucho, enloquecido y preso de la euforia del momento, no tuvo otra idea que dirigirse al banquillo rival y celebrar el gol en la cara del staff técnico y jugadores suplentes del Molde, hincándose de rodillas.

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Lógicamente, el cabreo entre los miembros del Malmö fue mayúsculo y pidieron explicaciones al jugador por lo que acababa de hacer. Al árbitro, viendo el panorama, no le quedó más remedio que poner orden y empezar a sacar amarillas. Una de ellas fue a Larsson, que ya había sido amonestado en el encuentro, lo que supuso automáticamente su expulsión. 


Son profesionales y cobran millones pero algunos, a la hora de festejar los goles, parecen niños.