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La historia de los jugadores no son siempre felices ni perfectas. Esta claro que muchos son los que se quedan en el camino, pero sorprende ver casos como el de Juan Manuel Trejo por el potencial que tenía.

Debutó en el 2012 en Independiente y había muchas expectativas generadas en él. En 2015 convirtió su primer gol, por Copa Sudamericana contra Olimpia, en un partido que no olvidará jamás.

Cuatro años más tarde, tras lesiones, mala suerte y malas decisiones, la vida lo puso en una situación completamente diferente. Se encuentra trabajando como conductor de Uber para poder sobrevivir.

"La plata se acaba en un punto y hay que salir a hacer otra cosa. Uno no quiere estar encerrado maquinando en si lo vuelven a llamar para jugar y por eso salgo a hacer lo que hago. Empecé hace una semana de Uber y me encontré con mucha gente. El otro día llevé a una chica en Avellaneda y fue ella la que me reconoció", declaró.

A lo largo de su carrera, jugó en Independiente y en Quilmes. Hubo entrenadores que no lo quisieron y sufrió dos graves lesiones de rodilla. Estuvo cerca de llegar a Chicago en dos ocasiones y siempre se terminó frustrando. Ahora se encuentra libre, soñando con volver a jugar y mientras tanto no le quedó otra que salir a trabajar. Especialmente tras el golpe que recibió cuatro meses atrás. "Me toca mantener a mi familia y a mi mamá. Trato de que no les falte nada. Tuve que pagar el velatorio de mi papá. Nada fue fácil", afirmó.