Bale se equivoca no queriendo salir del Real Madrid
A un par de días de que el Real Madrid vuelva a los entrenamientos, Baleni quiere ni ha hecho ningún movimiento por salir del Real Madrid. Costó mucho que llegara y costará mucho que salga del equipo, tanto en términos temporales como monetarios.
Denis Doyle/GettyImages
El banquillo del Real Madrid es calentito, se cobra bien, se vive bien, uno tiene todas las comodidades del mundo, pero no es lo más idóneo para un jugador que, se presupone, quiere ser de los mejores del mundo. Esa era su ambición antes, ahora parece que es jugar al golf acompañado de su caddie.
Pero si de verdad tiene orgullo, Bale debería salir. Es por prestigio profesional. En el Real Madrid poco va a aportar, salvo un buen lastre económico (15 millones netos más impuestos cobra el galés). Oportunidades las ha tenido de todos los colores y con todos los entrenadores con los que ha coincidido y con ninguno ha tenido la continuidad que se presupone a un jugador de su nivel.
Es justo reconocer que ha dejado buenos momentos en el Madrid, pero a cuenta gotas. Ahora queda la sensación de que el mejor Bale se vio antes de llegar en verano de 2013. Seis años después, en la memoria del aficionado blanco está la creencia de que es un jugador de cristal, apático y poco integrado con el entorno.
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Si quiere seguir empecinado en seguir, está en su derecho de hacer valer su contrato. Pero los grandes jugadores de verdad no miran la cartera y si el prestigio y legado que deja. Bale tiene un palmarés envidiable y a sus a sus casi 30 años, todavía tiene tiempo para remontar en su carrera deportiva. No debería tener problemas económicos el resto de su vida y debería centrarse en demostrar su verdadera valía, ya demasiado se le ha visto con la cabeza agachada por los campos de La Liga.
En el club saben que van a tener que venderle muy por debajo de lo que costó con tal de deshacerse de su ficha y de su salario, pero también es hora de que Bale haga un esfuerzo y de un paso atrás. Si lo hace, todos saldrán ganando.
